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Los suelos en general son medios no homogéneos y discretos, es decir, están formados por partículas de diferentes tamaños y de diferentes composiciones químicas. Entre esta mezcla de partículas hay huecos, canales y una compleja red de poros que dificultan al máximo la determinación a priori de la cantidad de agua almacenada disponible para nuestro cultivo.

La capacidad de un suelo para retener agua o liberarla para consumo de la planta es un parámetro importantísimo a la hora de optimizar el riego de cualquier cultivo. Conocer a que nos estamos refiriendo cuando hablamos de contenido volumétrico de agua en suelos (VWC%) implica tener presente ciertos conceptos básicos para poder optimizar y reajustar patrones de riego.

Se define el contenido volumétrico de agua en el suelo (VWC%) como la relación entre la cantidad de agua presente por unidad de volumen y la muestra total de suelo que la contiene. Es decir, el volumen de agua dividido entre el volumen de suelo (agua+solido+aire) y se expresa como un porcentaje.

La textura de los suelos para cultivo viene determinada por los tamaños de las diferentes partículas que lo componen. Sin contar bolos, gravas y piedras que también están presentes pero no retienen agua de manera perceptible los suelos cultivables contienen las siguientes partículas:

  • Arena (partícula entre 0,2 y 2,0 mm)
  • Limo (partícula entre 0,002 y 0,2mm)
  • Arcilla (partículas <0,002mm)

Dependiendo del porcentaje de cada partícula estaremos hablando según su textura de suelos arcillosos, limosos o arenosos y toda una variedad de diferentes texturas combinando las 3 proporciones de partícula.

En función de su textura el suelo puede retener más o menos agua. Un porcentaje de esta agua almacenada estará fácilmente disponible para la planta y el resto estará encerrada entre los poros de manera inaccesible para la raíz.

Seguidamente os comentamos los conceptos básicos que se deben conocer sobre cuánto agua disponible tiene nuestro suelo y cómo interpretarlo para optimizar nuestro riego:

  1. Capacidad de campo (CC): es el volumen de agua que un suelo puede retener después de saturarlo y dejarlo drenar libremente durante 48 horas. La capacidad de campo viene a reflejar el agua que el suelo almacena en los poros y canales pequeños, después de que los más grandes se hayan llenado de aire.
  2. Punto de marchitamiento permanente (PMP): se define como el contenido de humedad del suelo en el que la planta ya no tiene la capacidad de absorber agua del suelo haciendo que la planta se marchite y muera si no se aporta agua. Sin embargo, la mayoría de las plantas estarán sometidas a un estrés hídrico significativo antes de ese punto, y será muy factible que las plantas sufran una reducción importante de su rendimiento mucho antes de alcanzar el punto de marchitamiento.
  3. Agua disponible para las plantas (AD): se define como la diferencia entre la capacidad de campo y el punto de marchitamiento permanente (CC-PMP).
  4. Agua fácilmente utilizable por las plantas (AFU): parte del agua disponible que las plantas pueden absorber con poco esfuerzo y por tanto sin merma de su capacidad productiva. El agua fácilmente utilizable depende de cada especie de planta, pero se considera, de forma orientativa, que para los cultivos menos sensibles a la sequía el agua fácilmente utilizable es el 50% del agua útil y para los más sensibles entre 25-30%.

La relación entre CC y PMP nos indica cuanto agua disponible tenemos en función de la textura de nuestro suelo tal como se muestra en la siguiente figura.

Es vital conocer el VWC% de agua que nuestro suelo puede retener y cuánta agua está disponible para la planta.

Los sensores de humedad (VWC%) realizan esta medición de forma fiable y lo que es más importante, de forma continua, lo que nos permite conocer la hidrodinámica de nuestro suelo independientemente de las necesidades de la planta. Conocer estos valores repercute en un ahorro enorme en agua de riego, fertilizantes y sobre todo nos permite entrar de lleno en la agricultura de precisión.

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  • con instaladores de riego y proveedores de suministros, consiguiendo que el uso de este tipo de sistemas se perciba como un recurso habitual dentro de la cadena de suministro agricola. ODS 6. Agua Limpia y saneamiento : Como se ha dicho anteriormente, la escasez de agua es uno de los grandes retos a nivel mundial. De el agua destinada para le consumo humano, un 80% se utiliza para el regadio. PRISMAB, gracias al uso de los datos, logra que se ahorre hasta un 30% del agua utilizada en un cultivo. 

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