Skip to main content

La tensión matricial es un indicador esencial en la agricultura, ya que nos permite comprender cuánta agua está disponible para las plantas en el suelo. Un buen manejo del riego es crucial para asegurar una producción agrícola óptima y sostenible. Por eso, en este post, analizaremos la tensión matricial óptima según el tipo de cultivo y el tipo de suelo, lo que permitirá a los agricultores ajustar sus prácticas de riego de manera eficiente.

  1. Tensión matricial óptima y cultivos

La tensión matricial óptima varía según el tipo de cultivo y su etapa de crecimiento. A continuación, mencionamos algunas recomendaciones generales para diferentes cultivos:

  • Cereales (trigo, cebada, maíz): 20-40 kPa
  • Hortalizas (tomate, pimiento, lechuga): 10-20 kPa
  • Leguminosas (soja, frijol): 40-60 kPa
  • Frutales (manzano, peral, duraznero): 30-50 kPa

Es importante monitorear la tensión matricial durante las diferentes etapas de crecimiento del cultivo y ajustar el riego según las necesidades hídricas específicas en cada etapa.

  1. Tensión matricial óptima y tipos de suelo

El tipo de suelo también influye en la tensión matricial óptima, ya que determina la capacidad de retención de agua y la velocidad de infiltración. A continuación, se indican los rangos de tensión matricial óptima para diferentes tipos de suelos:

  • Arenosos: 10-30 kPa
  • Franco-arenosos: 20-40 kPa
  • Franco-limosos: 30-60 kPa
  • Arcillosos: 60-100 kPa

Los suelos arenosos requieren un riego más frecuente y en menor cantidad, ya que tienen una baja capacidad de retención de agua. Por otro lado, los suelos arcillosos retienen más agua y necesitan menos riego, pero es crucial evitar la saturación, ya que puede provocar problemas de drenaje y falta de oxígeno en las raíces.

  1. Relacionando la tensión matricial con el tipo de cultivo y suelo

Para relacionar la tensión matricial con el tipo de cultivo y suelo, es necesario tener en cuenta tanto las necesidades hídricas del cultivo como las características del suelo, así como las condiciones ambientales y climáticas. A continuación, presentamos algunas estrategias para optimizar el manejo del riego considerando estos factores:

a) Monitoreo y ajuste del riego en función de las necesidades del cultivo y el suelo: Utilice sensores de humedad del suelo para medir la tensión matricial en tiempo real y ajuste el riego de acuerdo con las necesidades hídricas del cultivo y las características del suelo. Por ejemplo, en un suelo arenoso con cultivo de tomates, es posible que se requiera un riego más frecuente y en menor cantidad, mientras que en un suelo arcilloso con cultivo de trigo, el riego puede ser menos frecuente pero en mayor cantidad.

b) Combinación de cultivos y suelos: Siempre que sea posible, seleccione cultivos que se adapten mejor a las características de su suelo. Por ejemplo, si tiene un suelo arcilloso, es recomendable plantar cultivos que toleren mejor la humedad, como arroz o taro. Esto permitirá un manejo del riego más eficiente y una mayor productividad agrícola.

c) Rotación de cultivos: La rotación de cultivos es una práctica agrícola que consiste en alternar diferentes tipos de cultivos en un mismo campo a lo largo del tiempo. Esta práctica puede ayudar a mejorar la estructura del suelo, aumentar la retención de agua y disminuir la erosión. Además, la rotación de cultivos permite optimizar el uso del agua, ya que se pueden combinar cultivos con diferentes necesidades hídricas y así adaptar el riego según la tensión matricial óptima para cada cultivo.

d) Uso de enmiendas y técnicas de conservación del suelo: La aplicación de enmiendas orgánicas, como compost o estiércol, puede mejorar la estructura del suelo, aumentar su capacidad de retención de agua y disminuir la erosión. Además, técnicas como la labranza mínima, la siembra directa o el uso de cubiertas vegetales pueden ayudar a conservar la humedad del suelo y reducir la evaporación, lo que permite un mejor manejo de la tensión matricial.

La tensión matricial óptima es un aspecto fundamental en la agricultura, ya que permite un manejo eficiente del riego según el tipo de cultivo y el suelo. Asegurar una tensión matricial adecuada garantiza un crecimiento óptimo de los cultivos y, en consecuencia, una producción agrícola sostenible. Para obtener resultados más precisos, es recomendable utilizar sensores de humedad del suelo y consultar a especialistas en manejo del agua en la agricultura.

En PRISMAB tenemos los mejores sensores para determinar cuál es la tensión matricial óptima de un cultivo

Leave a Reply