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La contaminación es un tema preocupante prácticamente desde todas las perspectivas que se analizan. La del aire, por ejemplo, ha demostrado ser suficientemente nociva como para tener efectos nocivos tanto sobre la salud física como la psicológica. Y ni hablar de los daños que causa a la infraestructura histórica de las grandes ciudades. Pero, curiosamente, su influencia sobre la calidad de los cultivos es menos conocida.

Y es que la investigación del impacto de la contaminación del aire sobre los alimentos de origen vegetal es relativamente reciente. Lo bueno es que tenemos la buena perspectiva de que el creciente interés está detonando cambios positivos en materia de conocimiento. Como ejemplo, un estudio del Instituto Internacional de Investigación de Cultivos para los Trópicos Semiáridos (ICRISAT). Prismab da los detalles.

Contaminación por ozono, un tema poco conversado

Ahora bien, el hecho de que el vínculo entre la contaminación del aire y la actividad agrícola sea menos comentado no le resta importancia. En primer lugar, porque hablamos de un factor que podría determinar la calidad de los alimentos que comemos. Por si fuera poco, también podría afectar la calidad nutricional e incluso los ciclos naturales en los que intervienen las diferentes especies de plantas.

Curiosamente, al hablar de este tema solemos centrarnos en contaminantes provenientes de la quema de combustibles fósiles. Sin embargo, existen otros agentes que merecen nuestra atención, como el ozono. Si bien este oxígeno triatómico es crucial en la parte exterior de nuestro planeta para protegerlo, la exposición directa puede ser muy nociva. Esto tanto para los humanos como para otras formas de vida.

Por ejemplo, se sabe que el ozono es un agente de contaminación del aire que afecta la agricultura en América del Norte y Europa Occidental. Los estudios sobre el tema han revelado que se encuentra en concentraciones fitotóxicas en territorios amplios. Sin embargo, sus efectos en América Latina, Asia y África son menos conocidos. Se presume que estos podrían abarcar tanto aspectos económicos como sociales.

Algunos cultivos son más sensibles que otros al ozono

De hecho, existe poca información sobre las concentraciones de ozono rural y su relación con efectos adversos en los cultivos. Hasta ahora, los datos sugieren que las concentraciones son lo suficientemente altas como para incidir sobre especies vegetales vulnerables. También se ha observado un declive en el rendimiento de cultivos básicos como consecuencia de la contaminación por ozono en zonas rurales.

Como es de esperar, algunos cultivos son más vulnerables que otros a la contaminación por ozono. Por ejemplo, las especies dicotiledóneas, como la soja, el maní y el algodón tienen pérdidas mayores; a estas les siguen la patata, el arroz y el maíz que son moderadamente sensibles. Esto al compararlas con las monocotiledóneas como el sorgo, el maíz de campo y el trigo de invierno, que son más resistentes.

Posibles soluciones a corto plazo

A simple vista, esta información podría parecer simple, pero tiene utilidad. Detectar debilidades es un punto de partida para el planteamiento o diseño de soluciones. En este caso, conocer el grado de sensibilidad de ciertas especies ha inspirado a los investigadores en su afán por mejorar los cultivos. Hacerlos más resistentes a la contaminación por ozono es una opción, pero sería mejor reducir la exposición a esta.

Pero mientras se piensa en crear especies resistentes a los contaminantes en juego, o incluso a otros factores nocivos, hay que atacar el problema de raíz. Si la reducción de la concentración del ozono en el aire no es viable, entonces podrían buscarse formas de reducir su absorción. Una opción sería la retención del riego de manera estratégica y previamente calculada.

Recientemente, ICRISAT planteó otras ideas junto con la Universidad Nacional de Australia y la Universidad de Australia Meridional. Entre ellas, introducir herramientas específicas para monitorear la cantidad de nutrientes y humedad del suelo; asimismo, el uso de un detector de frente húmedo. Con ellas, se puede programar la dinámica del riesgo y, con ello, controlar la absorción de ozono en los cultivos. 

La importancia del estudio y el uso de tecnología adecuada

Poco se habla de ello, pero la contaminación por ozono no se limita a países desarrollados que ya la han documentado; en realidad hablamos un problema global que requiere cuantiosas inversiones en investigación, ensayos y despliegue de soluciones. La producción agrícola es un aspecto prioritario en un mundo con una seguridad alimentaria amenazada por el cambio climático.

Tal es el contexto que identificar especies sensibles a la contaminación del aire no es suficiente. También es necesario evaluar los efectos de otros factores como la reducción de las precipitaciones y el incremento de la temperatura. De este modo, las soluciones que surjan serán mucho más integrales y a prueba de fallas por aspecto no considerados. El correcto ejercicio de la ciencia no puede faltar.

Para ello, resulta imprescindible el uso de herramientas sofisticadas como las que ofrece nuestra empresa; desde sensores de suelo hasta sensores de clima, para cada categoría diferentes modelos. Como empresa reconocida en el sector agrícola, este es nuestro grano de arena en la lucha por resguardar los recursos de nuestro planeta. Nos enorgullece poder aportar en estos objetivos.

Sergio Delgado Martorell

Periodista y consultor en marketing con 10 años de experiencia trabajando para empresas del sector agrícola y tecnológico. Aportando contenido y soluciones, tanto informativas como de posicionamiento, para empresas del sector. Apasionado del mundo tecnológico y su aplicación en la mejora de la gestión y la comunicación del sector agrícola

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