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El mundo está cambiando, y también el sector primario: Las innovaciones están basadas en tecnología y van desde máquinas parcialmente o totalmente automatizadas a drones y modelos cooperativos.

El informe “Agriculture 4.0 – The Future Of Farming Technology” del 2018 lanzado en la Cumbre del Gobierno Mundial, alerta sobre un panorama urgente: aproximadamente 800 millones de personas en todo el mundo padecen hambre y para el 2050 tendremos que producir un 70 por ciento más de alimentos para abastecer a la población.

La agricultura se enfrenta a sequías prolongadas, empobrecimiento del suelo, disminución en la productividad, desperdicio de alimentos y un crecimiento de la demanda alimentaria.

Frente a este panorama los líderes de la agricultura ‘inteligente’ proponen un futuro donde la tecnología solucione estos problemas, optimizando y haciendo más eficiente la forma en la que producimos alimentos.

Tecnología en agricultura de precisión, Agricultura 4.0 y agricultura inteligente

El término Industria 4.0 representa la 4ª revolución industrial. Un nuevo nivel de organización y control que se extiende desde el pedido, hasta la producción, la entrega, el soporte, el mantenimiento y el reciclaje final.

Se basa en la captura y tratamiento inteligente y en tiempo real de la información disponible a lo largo de toda la cadena de valor y del ciclo de vida de los productos y de los sistemas de producción, tratando con ello de satisfacer los requerimientos cada vez mayores por parte de los clientes.

La Agricultura de Precisión, Agricultura Inteligente o Agricultura 4.0 se define como la aplicación de tecnologías y principios para manejar la variabilidad espacial y temporal asociada con todos los aspectos de la producción agrícola, con el propósito de mejorar la respuesta de los cultivos y la calidad ambiental.

Entre estas tecnologías vinculadas con la Agricultura de Precisión podríamos mencionar sistemas de internet de las cosas dotados de sensores de variables físico-químicas como temperatura, humedad, caudal o presión que son capaces de detectar el estado del terreno para saber si necesita más riego o una protección especial.

Gracias a la analítica de datos junto con herramientas de inteligencia artificial podemos estimar diferentes tipos de escenarios y tomar las medidas más adecuadas a cada situación. El big data aplicado a la Agricultura Inteligente nos permite realizar un estudio de la evolución del cultivo durante la campaña, así como una comparativa con años anteriores, lo que permite identificar cuáles son las prácticas más aconsejables para mejorar el rendimiento y la calidad.

Otro elemento determinante en la Agricultura 4.0 es el uso de drones para captar imágenes NDVI (índice de vegetación de diferencia normalizada) para evaluar el vigor del cultivo y del rendimiento clorofílico de las plantas.

Hay experiencias de tecnologías aplicadas a la Agricultura de Precisión como las trampas inteligentes para plagas. Dispositivos con autonomía energética dotados de sensores capaces de medir variables biométricas de las plagas para identificarlas.

También podríamos hablar de la utilización de sistemas de visión artificial para inspeccionar y clasificar los productos en cadena. Tanto del propio producto como del recipiente en el que está envasado, con el objetivo de asegurar que los productos de la industria alimentaria y de bebidas cumplan todos los estándares que demanda el cliente.

Sin olvidar la existencia de apps y software que permiten desde supervisar cada lote producido hasta calcular las necesidades de nutrientes y de fertilizantes para diferentes tipos de cultivos.

El papel del agricultor con la responsabilidad medioambiental

La FAO considera el Cambio Climático como una de las principales causas de inseguridad alimentaria en el mundo. Por esta razón, la innovación en agricultura en las regiones vulnerables es particularmente importante.
La Agricultura de Precisión por la estrecha relación bidireccional Sostenibilidad-Agricultura tendrá repercusiones positivas en tres direcciones: mitigar efectos, minimizar la huella de carbono y contribuir a revertir el cambio climático.

El efecto del cambio climático se empieza a percibir en determinadas zonas. Las soluciones tecnológicas para mitigar situaciones climáticas extremas y de estrés hídrico son una prioridad, así como profundizar en la ecofisiología vegetal para entender el comportamiento de los cultivos ante las variaciones del clima y las nuevas necesidades de las plantas.

Minimizar la Huella de Carbono en todos los procesos agrícolas. Esto implica considerar el tipo de energía utilizada, maquinaria y el uso de fertilizantes.  Durante los últimos años, se han realizado avances significativos en una aplicación más eficiente de fertilizantes disminuyendo emisiones de óxido nitroso (gas con efecto invernadero), pero se debe ir mucho más allá en la utilización de técnicas innovadoras.

Contribuir a revertir el Cambio Climático. Estudios recientes avalan el gran potencial de los bosques en la lucha contra el cambio climático. Desde Agricultura 4.0 se están explorando alternativas para la obtención de madera introduciendo nuevos cultivos de rápido crecimiento, con un gran potencial de regeneración del suelo y con la capacidad de absorber hasta 10 veces más CO2 que otras especies.

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