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Ante el problema de la erosión del suelo en aquellas zonas dedicadas a la agricultura extensiva se aplica un concepto de agricultura de conservación, diferente a la convencional, preservando la cubierta vegetal que protege el terreno. Aunque en Europa es un concepto que poco a poco se va aplicando, es en América donde se encuentra plenamente generalizado.

Por consiguiente, se puede definir una cubierta vegetal como las plantas vivas o restos de plantas muertas que se usan para formar una película sobre la tierra desnuda, o bien sobre las plantas que ya están cultivadas, consiguiendo así preservar el suelo de la erosión y evitando la evaporación del agua de los cultivos. En líneas generales, con la implantación de las cubiertas vegetales a través de la agricultura inteligente se conseguirá controlar las plagas y enfermedades, mejorar la calidad del aire y del suelo y obtener un mejor balance hídrico.

Las cubiertas vegetales pueden ser especies concretas que se siembran en una plantación, o de lo contrario dejar crecer la vegetación autóctona de cada lugar sin manipulación alguna. En el caso de los árboles frutales, las cubiertas vegetales estarán ubicadas en la calle o entre las hileras de árboles. El desarrollo de las cubiertas vegetales finaliza con la siega, dejándolas en superficie para que actúen como acolchado y en su descomposición aporten nutrientes al suelo.

Su mantenimiento

La conservación de las cubiertas vegetales es bien sencilla, pues suelen regular su crecimiento en las épocas de mayor concentración de humedad y reducir su crecimiento durante los períodos más calurosos. El tipo de riego que se lleve a cabo también influirá, ya que será más sencillo si se utiliza un riego a manta que hidratará una mayor superficie y generará micro-ecosistemas y microclimas.

Tipologías

Cubiertas naturales o espontáneas

Son temporales y heterogéneas, procediendo su composición del sistema de riego, laboreo o siega que se emplee. Precisa de muy poco mantenimiento, pues consistirá en dejar crecer la vegetación de forma espontánea entre las hileras de árboles sin seleccionar gramíneas y sin necesidad de controlar la siega hasta mediados de marzo.

Económicamente son muy rentables, ahorrando en costes como la semilla o la siembra. Como hándicap destacar que la cubierta vegetal se descompone muy rápido y genera poca materia orgánica al suelo.

Cubiertas sembradas

Consiste en la siembra de una o varias especies adaptadas al cultivo. El precio de la semilla varía según el tipo y nos permite seleccionar las especies conociendo de primera mano el ciclo de esas plantas. Se podría optar por poáceas cultivadas (avena, cebada, centeno o cebadilla) o bien por fabáceas sembradas (veza o mezclas de fabáceas con poáceas).

Esta tipología de cubierta vegetal posee una acción Biocida en el suelo, ya que ayuda durante el otoño y el invierno a controlar los nematodos y hongos no beneficiosos.

Cubiertas vegetales inertes

Consiste en el uso de restos de poda triturados sobre el suelo o sobre las calles del huerto. Con esta tipología de cubiertas vegetales se suprimirá la quema y se aumentará la materia orgánica de las capas superficiales del suelo, aportando mayor cantidad de agua y nitrógeno y mejorando la estructura de dichas capas.

Estas cubiertas vegetales consiguen mejores balances de agua y el aprovechamiento por cultivo en las plantaciones de secano. Además contribuirán a reducir el empleo de herbicidas para controlar las malas hierbas.

Sus beneficios

  • Mejora de la estabilidad y la estructura del suelo: Evitan el golpe directo de la lluvia, facilitando la infiltración y actuando como barrera contra la escorrentía. Además las raíces penetrarán en el subsuelo compactado favoreciendo a la formación de microporos y macroporos.
  • Mejora del balance hídrico: Se aumentará el almacenamiento de agua en el suelo debido a la infiltración y a la reducción de la evaporación del agua que se encuentra bajo las cubiertas vegetales. De lo contrario el terreno estaría sobreexpuesto al sol y se generarían grietas y su endurecimiento. Las diferencias de temperatura entre una superficie con cubierta vegetal o sin ella oscilarán en los 20 grados.
  • Mejoran la calidad del aire: El aumento de zonas verdes con las cubiertas vegetales favorecerá a la oxigenación del entorno y a fijar el dióxido de carbono atmosférico, de tal modo que se estableciesen unas 8,7 toneladas de CO2 por hectárea de cubierta vegetal.
  • Mejoran la materia orgánica del suelo: Las cubiertas vegetales aportan masa vegetal y una amplia diversidad de microorganismos que aumenta el contenido de materia orgánica en la capa más superficial, generándose a su vez numerosos nutrientes para el cultivo.
  • Fijación del nitrógeno: Las cubiertas vegetales tienen el poder de fijar el nitrógeno atmosférico con plantas leguminosas, formando simbiosis con bacterias del tipo Rhizobium.
  • Control de plagas y enfermedades: El aumento de la biodiversidad vegetal y la creación de microhábitats evitará los ataques de enemigos naturales. Las cubiertas vegetales también evitarán los encharcamientos de la superficie como medida de control de las malas hierbas.

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Sergio Delgado Martorell

Periodista y consultor en marketing con 10 años de experiencia trabajando para empresas del sector agrícola y tecnológico. Aportando contenido y soluciones, tanto informativas como de posicionamiento, para empresas del sector. Apasionado del mundo tecnológico y su aplicación en la mejora de la gestión y la comunicación del sector agrícola

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