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El riego por inundación es el sistema de irrigación de los cultivos más tradicional. Se lleva empleando desde hace miles de años y, a pesar de los avances, su nivel de tecnificación es muy bajo. Sin embargo, este hecho no significa que no siga muy extendido, sobre todo en determinados cultivos cuyas necesidades hídricas son elevadas.

Qué es el riego por inundación

El riego por inundación es un riego en superficie. Es decir, que el agua se aplica directamente sobre el terreno y es la fuerza de la gravedad la que facilita tanto el movimiento del líquido elemento como la infiltración en el terreno. De esta manera, no es necesario diseñar redes de tuberías para irrigar los campos, como ocurre en sistemas por exudación o goteo.

Y tampoco es necesario aplicar presión al agua para el riego, lo que implica que no sea necesario el uso de maquinaria. Sin embargo, sí se empiezan a introducir las nuevas tecnologías, por un lado, para ajustar el riego a las características particulares del terreno y el nivel de infiltración y, por otro, para conseguir una adecuada nivelación de este.

Como pequeña anécdota histórica, se puede decir que ese sistema, también conocido como riego a manta o a pie, ya se utilizaba hace 7.000 años en China para el cultivo del arroz. Y, de hecho, el riego por inundación sigue siendo el método que se emplea en las tierras sembradas con este cereal.

Características del riego por inundación

El primer aspecto que se debe tener en cuenta es que el riego por inundación, aunque similar en su concepto a otros tipos de riego en superficie (surcos, tablares cerrados o escurrimiento) presenta algunas diferencias y características propias:

– La parcela o tablar está rodeada completamente por un dique y no existe vía de desagüe.

– Ese tablar, habitualmente rectangular o cuadrado, no suele ser de grandes dimensiones.

La parcela debe estar perfectamente nivelada para que el agua se extienda de forma uniforme. Si no lo estuviera, la solución es el cultivo en terrazas, como se hace en buena parte del Sudeste Asiático.

El terreno del tablar debe tener las mismas características. Este aspecto es importante, puesto que es lo que hará que la velocidad de absorción del agua sea también uniforme en toda su extensión.

– El riego se puede hacer desde las esquinas de la parcela o desde varios puntos. Este último sistema se emplea en parcelas de mayor tamaño y se debe calcular bien tanto el número de bocas como la distancia entre ellas para que la velocidad de infiltración del terreno sea la adecuada.

Hay, por otra parte, un sistema particular que mezcla dos tipos de riesgo en superficie, el riego por inundación y el riego por surcos. La ventaja en este caso es que se reduce la cantidad de agua que se necesita y se evita cubrir las plantas cuando no es necesario.

Fases y dificultades

El riego por inundación tiene tres fases. La primera es la de riego, la introducción del agua en el terreno. La segunda es la de llenado, que se prolonga hasta que hay una lámina de agua en toda la superficie, empleando siempre la mínima cantidad necesaria. Y la tercer es la de vaciado, que no es otra que la infiltración en el terreno.

Aparentemente sencillo, el riego por inundación es una técnica que necesita de especialización. Para evitar un consumo excesivo de agua es importante cortar el suministro en la primera fase, pero asegurándose a la vez de que se completará perfectamente el avance del agua por toda la parcela.

Explicado de otra forma, el aporte de agua se debe realizar en grandes cantidades para que el avance sea rápido. Sin embargo, debe cortarse mucho antes de que haya cubierto la parcela para conseguir un consumo hídrico eficiente.

Ventajas y desventajas del riego por inundación

 El riego por inundación, como cualquier otra clase de riego en superficie, tiene algunas ventajas frente a otros. La más destacada está estrechamente relacionada con los costes. Este tipo de irrigación apenas necesita de infraestructuras, ni para llevar al agua a toda la parcela ni para presurizar esta.

De esta forma, los costes son mínimos en dos aspectos. El primero de ellos es en la instalación y mantenimiento. El segundo aspecto es que no hay ningún tipo de consumo energético. Por lo tanto, el único gasto sería el de agua.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que el sistema de riego por inundación es un sistema de elevada eficiencia a la hora de infiltrar el terreno y que es imprescindible para cierto tipo de cultivos como el arroz, aunque también se emplee en otros como otros cereales o algodón.

La mayor desventaja del riego por inundación es la cantidad de agua necesaria. Además de ello, hay que tener en cuenta las pérdidas por evaporación, la sobreexplotación de acuíferos y la salinización de los suelos.

Sergio Delgado Martorell

Periodista y consultor en marketing con 10 años de experiencia trabajando para empresas del sector agrícola y tecnológico. Aportando contenido y soluciones, tanto informativas como de posicionamiento, para empresas del sector. Apasionado del mundo tecnológico y su aplicación en la mejora de la gestión y la comunicación del sector agrícola

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