Una alimentación saludable es la prioridad de la mayoría de las personas. Las familias siempre han buscado en el mercado los mejores alimentos para llevar a sus hogares y consumir en su día a día. Es por esta razón que en el mundo de la agricultura la búsqueda para tratar a las cosechas con las mejores herramientas para una cosecha orgánica y natural han estado presentes.
La tecnología agrícola ha evolucionado constantemente para que los insecticidas sean cada vez más ecológicos y no alteren la composición de las siembras. Mientras menos químicos estén contenidos en las herramientas utilizadas para las cosechas, mejor calidad y pureza tendrán los alimentos. En este artículo tendrás algunos ejemplos de los mejores insecticidas del mercado. El uso de insecticidas ecológicos es primordial a la hora de hacer agricultura de precisión.
Evolución de la tecnología agrícola ecológica
La tendencia en el mundo de la agricultura en los últimos años se ha inclinado por los insecticidas más ecológicos. Como consecuencia de esto, el número de agricultores que han preferido aplicar este tipo de practicas en sus siembras no ha dejado de aumentar. Esto ha provocado que la tectología agrícola se encuentre en constante evolución trayendo nuevos productos al mercado.
Por su parte, para definir lo que es un insecticida ecológico, no es más que un producto que se caracteriza por tener en su composición elementos totalmente vivos y orgánicos, como por ejemplo hongos, feromonas, o extractos vegetales y minerales. Hoy en día se pueden encontrar diferentes ejemplares de distintas marcas y para escoger el que mejor se adapte a tus necesidades es importante conocer el tipo de hongo o cepa ya que tienen diferentes niveles de eficacia.
Beneficios de los insecticidas ecológicos
Estos beneficios también se pueden aplicar para los fungicidas ecológicos ya que influyen de la misma forma en los alimentos que se les aplica este producto. Lo primero que tienes que saber es que son enteramente amigables con el medio ambiente, por lo que no generan emisiones de carbono.
La gran parte de ellos son biodegradables. Esto significa que no perjudican de ninguna forma la tierra o las cosechas y no dejan ningún residuo. En este sentido, su toxicidad es muy baja o nula. Esto es una gran ventaja para la persona que está aplicando el producto, ya que no tendrá ninguna repercusión para él ni para el ambiente en el que está.
En otro orden de ideas, el plazo de seguridad puede ser de 0 a dos días. Esto quiere decir que pueden ser utilizados incluso cuando la recolección está próxima. Además, tienen la ventaja de eliminar las plagas secundarias debido a que son seguros y su efectividad es garantizada. Son los mejores para ser usados en plantaciones integradas.
Químico vs ecológico
Hace unos años, nadie se hubiera hecho esta pregunta, porque los productos químicos se consideraban los más económicos y eficaces. No obstante, si retrocedemos unos años, vemos que muchos productos utilizados en fertilizantes y control de plagas se derivaban de extractos de plantas. Con el advenimiento de la química, se volvieron obsoletos.
Sin embargo, para todas las personas que han desconfiado de estos productos, el tiempo se ha puesto de vuestro lado. Esto es porque cada año se retiran más ingredientes activos del mercado porque son dañinos para el medio ambiente y/o la salud, y los productos orgánicos nuevamente. ganó la confianza de los agricultores y jardineros.
Hay otra categoría de productos que ayudan a estimular procesos vitales en los cultivos sin destruirlos directamente, aumentando su vitalidad y protegiéndolos así de diversas plagas o enfermedades. Estos se llaman potenciadores a base de hierbas.
Independientemente de cuál sea la situación, los insecticidas naturales también tienen riesgos que hay que tener en cuenta. Por esta razón, es recomendable leer siempre las indicaciones de uso, seguir las dosis y, sobre todo, utilizarlos solo cuando sea claramente necesario.
La agricultura de precisión es una de las revoluciones tecnológicas del siglo XXI. Ha permitido a las personas unirse contra la lucha por la escasez de recursos y ahorrar miles de euros anualmente en forma de agua. De todas formas, seguimos peleando contra una parte de la industria, que es la de los insecticidas.
Nuestra prioridad es que nuestro cultivo sea numeroso y que los insectos no se los coman primero que nosotros. Sin embargo, si esto significa dejar inútiles los terrenos y afectar negativamente al medioambiente, entonces lo mejor es abandonar estas prácticas y comenzar a usar insecticidas para agricultura ecológica.