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De la misma manera que existen diferentes tipos de regadío por aspersión o varias clases de tipos de suelo para el cultivo, la agricultura mundial en sí misma se divide en dos grandes modelos de producción: la intensiva y la extensiva. Si estás planteándote darle un cambio radical a tu vida, dejando la ciudad e instalándote          en el campo para dedicarte a la siembra, ¡sigue leyendo!

Agricultura intensiva: más productiva pero muy poco eco-friendly

La gran diferencia entre agricultura intensiva y extensiva radica en que en la primera se hace uso únicamente de medios técnicos para la producción, mientras que en la segunda no. Pero no solo por el evidente uso de tractores u otras máquinas para trabajar el campo, sino que además este tipo de agricultura utiliza cualquiera de los productos externos vigentes actualmente para incrementar al máximo exponente la generación de resultados a corto plazo. Algunos son estos: fertilizantes, nutrientes, fitosanitarios para evitar plagas, semillas seleccionadas previamente…

Otro factor característico de la agricultura intensiva es que se labra solo dos veces al año. La primera en primavera y la segunda en invierno u otoño. Pero esto, que desde el punto de vista de la gestión del trabajo es excelente, rentable y productivo, supone en el medio plazo varios inconvenientes como estos:

La erosión o desertificación del suelo y, en definitiva, el agotamiento en un momento determinado de la productividad del terreno de cultivo en cuestión. Además, el uso intensivo de fungicidas a largo plazo también revierte su función principal, pues al cabo del tiempo los insectos o bacterias amenazados por este producto químico crean resistencias y se adaptan a él.

Agricultura extensiva: más sostenible y menos rentable

Está clara ya la gran diferencia entre agricultura intensiva y extensiva, pues esta segunda solo hace uso de recursos totalmente naturales, pero, ¿produce los mismos resultados que la anterior?

He aquí radica la segunda gran diferencia: la agricultura extensiva es aplaudida y reclamada por la sociedad occidental debido a la sostenibilidad y protección que hace del medio ambiente, pero, sin embargo, sus rendimientos son infinitamente más bajos y además se necesitan muchos más trabajadores para la siembra y recogida, al no usar en ningún caso sistemas tecnológicos o máquinas para ello.

Prueba de ello es que este modelo de explotación tan minoritaria en términos globales solo se lleva a cabo en lugares con características climáticas tan extremas que impiden el desarrollo de la agricultura intensiva y en aquellos países del mundo en vías de desarrollo, desde luego no por la sostenibilidad sino por la cruda realidad que desgraciadamente allí se sigue viviendo en pleno siglo XXI: sus niveles de pobreza les impiden invertir en técnicas y tecnologías que les permitan ser más productivos y competitivos.

La decisión está clara incluso si eres ‘sostenible’

Con esta información en tu poder seguro que no tienes ninguna duda entre agricultura intensiva y extensiva. En España es la que prioritariamente se practica, como en cualquier otro país de la Unión Europea, superando con creces a los cultivos extensivos.

Seguro que como todos, también quieres en la medida de lo posible no dañar al medio ambiente, pero tranquilo porque la diferencia entre agricultura intensiva y extensiva en 2022 sigue radicando en sus métodos, pero ya no tanto en su sostenibilidad. A día de hoy las grandes hectáreas intensivas de nuestro país se ayudan de tecnología y máquinas para el trabajo que tienen muy en cuenta la adecuada protección y conservación del medio ambiente. Sistemas para el control de la gestión del agua con la que regar solo cuando las plantas verdaderamente lo necesiten o avanzados softwares que ayudan a dosificar al milímetro la cantidad de fitosanitarios o químicos que deben echarse al campo, son solo algunas de las herramientas que agencias especializadas en agricultura de precisión, como PRISMAB, ofrecen a un sector al que además desde las instituciones públicas se le exige mayor compromiso con el planeta y la lucha contra el cambio climático. ¿Estaremos ante los inicios de la formación de un tercer modelo agrícola a caballo entre lo mejor de la agricultura intensiva y la extensiva? Puede que sí.

Sergio Delgado Martorell

Periodista y consultor en marketing con 10 años de experiencia trabajando para empresas del sector agrícola y tecnológico. Aportando contenido y soluciones, tanto informativas como de posicionamiento, para empresas del sector. Apasionado del mundo tecnológico y su aplicación en la mejora de la gestión y la comunicación del sector agrícola

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