¿Quieres ampliar tu propiedad agrícola con la implementación de zonas de invernadero para conseguir la máxima productividad durante todo el año? Antes de que lleves a cabo tal inversión, es necesario que valores sus características y condicionantes. Es esencial para que consigas la mejor eficiencia y resultados a medio y largo plazo. Sigue leyendo:
El riego. La cuestión más importante en el cultivo de invernadero.
Los cultivos de invernadero son un espacio herméticamente cerrado gracias una infraestructura a medida que en la mayoría de ocasiones impide la salida total de la humedad producida por las mismas plantas o árboles plantados en su interior. Por ello, el riego es el aspecto más sensible e importante de cualquier cultivo de invernadero: con un riego óptimo se controla que las plantas no estén demasiado húmedas, sería contraproducente.
Así pues, para evitar posibles incidencias relacionadas con la humedad, hay que hacer una exhaustiva monitorización para efectuar el riego únicamente necesario que no acabe ahogando a las plantas del cultivo o que termine secándolas en días de sol y calor. La fórmula está, generalmente, en ajustar los sistemas de riego de manera que el sustrato esté continuamente húmedo pero sin ningún exceso.
Otro condicionante importante relacionado con el agua de los cultivos de invernadero es el imprescindible control de la humedad en el ambiente, que se puede realizar mediante el uso de diferentes soluciones y tecnologías, para que se mantenga siempre en el recomendable 50-60% para la mayoría de las plantaciones.
Elegir una ubicación y estructura estratégicas, elemental también
Para decidir con seguridad qué zona de tu campo dedicar exclusivamente a la cosecha de invernadero, debes tener en cuenta varios factores ambientales como son la posición del sol, la sombra, el viento o la orientación:
– El viento. Hay que evitar instalar cultivos de invernadero en zonas muy ventosas, pues probablemente la temperatura de dentro se reduzca rápidamente. Piensa que hay partes del norte de España, como A Coruña o Zaragoza, donde difícilmente pueden instalarse debido a los fuertes vientos que allí se producen. Por tanto lo mejor es ubicar el invernadero en un sitio alejado de la acción directa del viento y, ante todo, poner la puerta en el lado donde sople con menor intensidad.
– La sombra. Hay que huir todo lo que se pueda de ella. El invernadero tiene que estar sin excepción en la zona más soleada de tu propiedad. Evita también colocarlo especialmente cerca de árboles grandes y altos. Tapan la luz solar.
– Orientación. Estará condicionada por las cualidades meteorológicas del sitio y la clase de cultivos de invernadero que se quieran implementar. En cualquier caso, las premisas más habituales son poner los lados más anchos en orientación este-oeste, para aprovechar todo lo posible las horas más calientes de todos los días del año.
La ventilación, importante actividad a realizar diariamente
Una óptima y adecuada ventilación del interior del invernadero es elemental también para evitar el perjudicial exceso de humedad que se ha mencionado al comienzo, pero también para impedir la proliferación de indeseables plagas que pueden echar a perder todo un cultivo por completo.
Además, llevar a cabo una buena ventilación de manera manual, o mediante el uso de sofisticadas soluciones tecnológicas que lo pueden hacer mejor que uno mismo, también mejora la calidad del aire interior del invernadero y lo renueva, algo imprescindible también para el buen desarrollo y crecimiento de plantas y árboles.
La limpieza del invernadero: crucial para el desarrollo de las plantas
Puede parecer secundario, pero la limpieza de la estructura del cultivo de invernadero es más crucial de lo que se piensa para el óptimo crecimiento y productividad de lo plantado. Y es que mantener lo más relucientes posibles las cubiertas de la instalación permitirá la entrada total de los rayos UV, sin estorbos.
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