Cuando un suelo tiene una gran cantidad de sales solubles hablamos de la salinidad del suelo. Una situación que preocupa a agricultores y personas que trabajan la tierra porque saben que sus cultivos se pueden ver afectados. Para saber cuál es la salinidad del suelo se mide la conductividad eléctrica a 25ºC. Esto puede dar una serie de valores que pueden confirmar que estamos ante un suelo altamente salino.
Es preocupante cuando los resultados arrojan cantidades de boro, sodio o cloro en la tierra, pues estos elementos se consideran tóxicos para plantas y cultivos. Es por ello por lo que es fundamental conocer cómo afecta la salinidad del suelo a los cultivos, pero también de qué manera se puede solucionar esto. Porque aunque no lo parezca en un principio, un suelo salino puede recuperarse y estar más sano.
¿Por qué se produce la salinidad del suelo?
La salinidad del suelo se produce con mayor frecuencia cuando estos se encuentran cerca de zonas costeras. Pero, también el problema puede estar en la calidad del agua de riego. A veces, no nos damos cuenta de que debemos cerciorarnos muy bien de que ese agua tenga la menor concentración de sales posibles. Pues, esto de manera inconsciente, puede hacer que incrementemos la salinidad del suelo.
Usar fertilizantes sin control y no atendiendo al tipo de suelo también puede tener un impacto en la salinidad del suelo. Recordemos que los suelos arcillosos necesitan una cantidad de fertilizante más pequeña y ocasional, ya que tienen más nutrientes que otros tipos. Por lo tanto, esto es algo que no debemos nunca olvidar, porque excedernos en el uso de fertilizantes puede tener consecuencias negativas.
¿Cómo afecta la salinidad del suelo a las plantas y cultivos?
La forma en la que las plantas y cultivos se pueden ver afectadas por la salinidad del suelo tiene que ver con su grado de tolerancia a las sales que puede haber en el terreno. Por ejemplo, los espárragos o el algodón son cultivos que pueden adaptarse a los suelos salinos y generar una tolerancia. ¿Puede que esto no suceda en todos los casos? Es posible y por eso también lo debemos tener en cuenta.
Contrariamente a este tipo de cultivos, hay que tener especial precaución con las cebollas o las fresas. Son especialmente sensibles a la salinidad del suelo y es muy probable que no terminen saliendo adelante. Este es el mayor inconveniente de que en el terreno haya una excesiva cantidad de sales y es que puede que los cultivos y las plantas se echen a perder. Por eso, hay que tomar medidas.
Formas de mejorar la salinidad del suelo
Lo primero de todo es evitar lo anteriormente mencionado con respecto al uso de fertilizantes y el control del agua de riego que utilizamos. Después de haber hecho este tipo de comprobaciones se puede llevar a cabo un arado en profundidad del suelo para mover las capas más profundas hacia la superficie. Esto siempre se debe hacer si sabemos que esas capas tienen una mejor calidad.
Este proceso puede ser laborioso, pero existen alternativas. Una segunda opción es incorporar materia orgánica como el estiércol que mejore la permeabilidad del suelo. Esto impactará positivamente en la estructura del terreno para evitar que la concentración de sales terminen afectando a los cultivos y a las plantas. Pero, hay una tercera alternativa que tiene que ver con el agua.
Un adecuado control del riego en los cultivos puede ayudar a mejorar la salinidad del suelo, pero a veces esto es algo difícil de conseguir. Es por ello por lo que en PRISMAB tenemos unos sensores para la agricultura que permiten un total control del agua de los cultivos.
Conocer la salinidad del suelo y cómo impacta en los cultivos es un primer paso para ponerle solución. Los consejos anteriores pueden ayudar a conseguir un suelo mucho más sano y donde todo lo que se cultive salga adelante. La salinidad del suelo termina dañando el terreno y convirtiéndolo en poco apto para el cultivo. Para evitar que esto suceda, hay que intentar mejorarlo con todo lo que tengamos a nuestro alcance.