Si bien los cultivos de secano apenas necesitan regarse, ya que la humedad presente en el terreno es suficiente para que se desarrollen adecuadamente, el déficit hídrico puede terminar afectándoles tarde o temprano. Debido a las altas temperaturas que cada año traen consigo más olas de calor, muchos cultivos se pueden ver perjudicados por esto. Por lo tanto, el control del agua debe ser exhaustivo.
Cuando hay un déficit hídrico los cultivos empiezan a estresarse y esto tiene serias consecuencias. La aparición de plagas puede ser más habitual y combatirlas puede ser una tarea casi imposible en determinados casos. Potenciar los policultivos y apoyarse en la tecnología para mantener el estrés hídrico bajo control es fundamental para que esto no suceda. La inversión y el trabajo realizado podrían estar en apuros.
Cuando la demanda de agua no se suple
En el momento en el que llueve poco y los cultivos no reciben el agua que necesitan, el déficit hídrico aparece. A veces, hay que gestionar bien el agua con la que se cuenta y puede que la cosecha requiera de una cantidad que no se le puede proporcionar. Cuando esto ocurre, la situación puede hacer que cualquier agricultor se lleve las manos a la cabeza. Aunque, también se pueden dar otras circunstancias.
Por ejemplo, puede que haya partes de un cultivo a las que el agua no llegue y que el déficit hídrico se manifieste sin que el agricultor sea consciente de ello. Esto puede pasar en aquellas cosechas que abarcan muchas hectáreas, por lo que es importante tener un especial cuidado. De nuevo, la tecnología, como los sensores de suelo y de riego de PRISMAB pueden permitir hacer un adecuado uso de los recursos.
En una revisión titulada Respuesta de las plantas al estrés por déficit hídrico se explicaba que las plantas están constituidas entre un 80-95% de agua. Si esta es indispensable para el ser humano, para ellas todavía lo es más. Por lo tanto, los sensores de suelo de PRISMAB pueden ayudar a realizar las comprobaciones oportunas para detectar, en todo momento, si hay déficit hídrico o no.
¿Cómo se combate el déficit hídrico?
El déficit hídrico se puede combatir tomando una serie de medidas. Para empezar, conviene hacer un uso eficaz del agua que se disponga. Esto se puede conseguir con un riego a goteo, por ejemplo, o teniendo un control de la humedad del suelo para corregir los posibles desajustes solamente cuando los datos así lo reflejen. De esta manera, se evitará utilizar el agua sin control y así gestionarla mucho mejor.
Otra de las formas de combatir el déficit hídrico es eligiendo bien el terreno sobre el que se va a cultivar. Los suelos arcillosos, por ejemplo, son excelentes reteniendo agua, de hecho, cuando hay abundantes lluvias suelen inundarse. Por tanto, puede ser una buena manera de combatir ese déficit que puede poner en riesgo una cosecha.
La tecnología contribuye a evitar el déficit hídrico
La tecnología se ha vuelto imprescindible en varios ámbitos de nuestra vida, pero también en los campos. Los sensores que ya hemos mencionado, además de controladores del nivel del agua que permitan gestionar la disponibilidad de esta de la mejor forma posible es vital. De esta forma, no se agotarán las reservas y las plantas estarán hidratadas sin llegar a ese estrés hídrico que tanto les puede afectar.
Es imposible controlarlo todo y menos todavía si son extensas las hectáreas cultivadas. Por este motivo, PRISMAB ayuda a que aquellos agricultores que ya hayan tenido dificultades con sus cosechas como consecuencia del déficit hídrico puedan mejorar este aspecto. Los resultados que obtendrán serán mucho mejores a los que esperaban y sus cultivos estarán a salvo, que es lo más importante.
