La manzana, pera, granada o los nísperos son alimentos que provienen de los frutales de pepita. Se denominan así por esas semillas que contienen en su interior estas frutas. Es muy importante no generalizar al cultivar los frutales de pepita, ya que cada uno de ellos va a tener sus necesidades específicas. Debido a la gran variedad existente, en PRISMAB hablaremos solo de algunos en concreto.
La resistencia de los frutales de pepita al frío o al calor
Elegir cultivar un tipo de frutal de pepita u otro requerirá de una serie de cuidados dependiendo de la estación del año en la que nos encontremos. Por ejemplo, el manzano es un frutal que resiste muy bien las temperaturas frías. Sin embargo, conviene protegerlos de esas heladas que se producen por las mañanas cuando llega la primavera, pues esto sí que puede terminar dañando la cosecha.
Como contrapartida, el peral necesita un clima algo más caluroso y también es muy sensible a esas heladas matutinas. Conocer estas necesidades que pueden tener los frutales de pepita más comunes permitirán tomar las acciones necesarias para que los cultivos salgan adelante y tengan un rendimiento superior al esperado.
El suelo debe estar en muy buen estado
Otro de los aspectos que conviene conocer sobre los frutales de pepita es que es muy importante que el suelo en el que se planten esté en un buen estado. De hecho, estos frutales demandan un suelo rico en nutrientes. Abonarlo es buena idea, pero si no se controlan muy bien las cantidades puede que esto termine afectando a los frutales de pepita. Por tanto, la tecnología que ofrecemos en PRISMAB es fundamental.
Los sensores de suelo que cualquier agricultor especializado en frutales de pepita puede encontrar le permitirán tener un control absoluto sobre los nutrientes, el nivel de fertilidad del terreno y si el pH se ha elevado o se encuentra en los parámetros idóneos. Todo esto evitará que la cosecha se eche a perder o que no sea tan generosa o buena como se esperaba. Por lo tanto, es crucial tener esto presente.
Hay que ofrecer un adecuado drenaje del terreno
Además de todo lo mencionado, los frutales de pepita requieren de un adecuado drenaje del terreno. Esto hay que tenerlo en cuenta, ya que un exceso de lluvias puede terminar provocando encharcamientos que afecten al cultivo de los diferentes tipos de frutales. Es verdad que el agua es valiosa en manzanos, perales, higueras, caquis, etc., pero hay que cuidarse mucho de excederse.
Las herramientas para el control del agua de PRISMAB también ayudan a mantener el agua bajo control, ofreciéndoles a los frutales de pepita solo lo que necesitan. Esto es especialmente importante si el terreno es muy seco. El riego no debe faltar y la tecnología en la agricultura puede ayudar, de forma muy eficaz, a que los cultivos tengan siempre sus necesidades cubiertas.
Los frutales de pepita suelen sufrir deficiencias nutricionales
Para finalizar, no podemos dejar de lado algo muy importante y es que los frutales de pepita tienden a sufrir deficiencias nutricionales. Esto quiere decir que en cuanto un agricultor se despiste puede haber una carencia de hierro, de calcio o de fósforo que empezará a propagarse por toda la cosecha. Para evitarlo, los sensores de suelo de los que hablábamos al principio son un buen recurso para que esto no suceda.
No hay que dejar de lado, tampoco, las plagas. La mosca de la fruta es una de ellas y puede generar verdaderos estragos. En la actualidad, tenemos una tecnología puntera para que nada de esto vuelva a ser un motivo de preocupación y es que contamos con recursos que ayudan a prevenir y a mejorar las cosechas para que los resultados obtenidos sean mejores de lo esperado.